¿Cuál de los Virreyes habría muerto envenenado?
El
primer Virrey designado fue Pedro de Cevallos. Ocho años como teniente
gobernador le bastaron para ganarse el respecto y la admiración de una
Buenos Aires necesitada de políticos de buena estirpe. Fue el Virrey que
le sugirió al Rey cómo demarcar el territorio.
Huérfano
de padre desde los tres años, criado por su hermana mayor y una morena
que supo querer como a una madre, su entereza se registra con claridad
en la memoria emotiva de la época, leída en rasgos de humanidad entonces
poco frecuentes.
El
paludismo no pudo doblegar sus fuerzas al momento de combatir el
contrabando y el juego por dinero. Impuso un régimen de multas para
quienes arrojaran basura a la calle y se excedieran con los límites de
velocidad (no había que superar el trote corto). Pero su afán por
impartir el orden no lo salvó de su propio caos.
Doña
María Luisa Pinto tenía casi treinta años y una belleza que lo hizo
sucumbir frente al amor. Y es por esto que partió a España, luego de
dejar su cargo ante al nombramiento de Vertiz, para casarse cuanto antes
con la madre del niño por venir. Nunca alcanzó a ver al Rey ni a su
propio hijo, bautizado con sus mismos nombres. Durante el trayecto,
habría sido envenenado.
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