Frutas y verduras de diferentes colores
En
el Centro Oncológico De Gran Bretaña llegaron a la conclusión de que
consumiendo frutas y verduras de diferentes colores (5 por día) es
posible evitar enfermedades importantes: desde infartos hasta desórdenes
mentales.
Morrón
rojo. Contiene tres veces más vitamina C que una naranja. También
abunda en el morrón el betocaroteno y los bioflavonóides que detienen la
acción dañina de radicales libres.
Frambuesa.
Muy efectiva contra la anemia, fuente de vitaminas C y E. La infusión
de hojas de frambuesa es utilizada en enfermedades ginecológicas.
Remolacha.
Su betacianina estimula el funcionamiento del hígado y lo desintoxica.
Además, el jugo de remolacha cicatriza la úlcera del estómado y del
duodeno.
Tomates.
Con sus carotenoides fortalecen la inmunidad, aumentan la capacidad del
hombre a fertilizar y mejoran el funcionamiento de la próstata. Además,
no pierden sus propiedades con la cocción.
Uvas
rojas. La cáscara de uva contiene gran cantidad de resveratrol, que
inhibe la formación de tumores malignos. El jugo de uva se usa para los
períodos de reconstrucción de la fatiga, de la anemia, de la
convalecencia y es estimulador de las funciones hepáticas.
Guinda.
Ayuda a conservar un bajo nivel de acidez y limpia los riñones.
Contiene hierro, cobre y cobalto y es aconsejable para la anemia. La
compota de guinda es beneficiosa en el tratamiento de las enfermedades
psíquicas y la artritis.
Frutilla.
Contiene vitaminas C y K, betacaroteno, ácidos fólicos y componentes
antibacteriales. Buen profiláctico para las enfermedades oncológicas.
Papaya.
Muy rica en enzimas que mejoran el funcionamiento del tracto digestivo y
previenen desarreglos gástricos. Lamentablemente, en la cocción pierde
sus cualidades.
Mango.
Rico en vitaminas A, B, C, proteínas y minerales. Posee propiedades
tonificantes, fortalece la inmunidad y contribuye a una rápida
convalecencia.
Naranja.
Una de las principales fuentes de vitamina C. Mejora el aspecto de la
piel, lucha con los tumores malignos. Normaliza la presión arterial
gracias al alto contenido de ácido fólico y potasio.
Zanahoria.
Contiene alfa y betocarotenos, que en el cuerpo se transforman en
vitamina A necesaria para una piel sana y una buena visión. Es un medio
profiláctico para las enfermedades cardíacas y renales.
Zapallo.
Rico en betacaroteno. Consejo para los fumadores: el consumo de
betacaroteno en tabletas eleva el riesgo de enfermedades oncológicas.
Sin embargo, si el betacaroteno se consume a través de frutas y
verduras, el efecto es positivo.
Ananá.
Contiene carotenoides y bromelain (fermento digestivo), que mejoran la
actividad del tracto digestivo, son antisépticos y quitan el dolor de
las articulaciones.
Limón.
Por contener una gran cantidad de potasio y vitamina C es un excelente
antiséptico y medio profiláctico para las enfermedades respiratorias.
Además, fortifica las paredes del estómago y contribuye a la buena
digestión.
Banana. Rica en potasio y magnesio. Posee serotonina (la hormona de la felicidad) que provoca una sensación de placer.
Choclo.
Contiene carotenoides. Se aconseja como medio profiláctico contra el
cáncer, previene enfermedades cardiovasculares y mejora la vista.
Repollo.
Rico en vitamina C, calcio, magnesio, fósforo. Es recomendable
especialmente a las mujeres como profilaxis contra el cancer de útero.
El repollo en salmuera conserva sus propiedades beneficiosas para la
salud.
Espinaca.
Contiene mucho hierro, calcio, magnesio, vitaminas C y E y
bioflavonoides. Es beneficioso para los dientes y las encías,
desintoxica el organismo por lo que los franceses la denominan “la
escoba del estómago”.
Manzana.
Además de la importante cantidad de hierro, contiene microelementos que
bajan el nivel de colesterol previniendo la trombosis y las várices.
Arvejas.
Además de sus ocho vitaminas, seis minerales, contiene proteína. Reduce
el riesgo de enfermedades oncológicas, infarto, hipertensión, frena los
procesos de envejecimiento de la piel. En Francia se elaboran cremas
con componentes de arvejas.
Berenjena.
Contiene betacaroteno, ácido fólico, magnesio, fósforo, calcio,
vitamina C, pectinas que poseen propiedades bactericidas. Mejora el
funcionamiento de las arterias y el cerebro.
Bróccoli.
Por el alto contenido de betacaroteno, calcio, magnesio, vitaminas B3 y
B5, es considerado un buen medio profiláctico para enfermedades
oncológicas y virósicas.
Poroto
colorado. Reduce el nivel de colesterol en la sangre y limpia el tracto
digestivo. Contiene gran cantidad de proteína para la construcción del
tejido musculoso.
Arándano.
Ocupa el primer lugar en contenido de manganeso. Rico en vitamina C, B1
y B2, caroteno. Es especialmente recomendable para las enfermedades del
tracto digestivo, renales y problemas de la vista.
Grosella
negra. Gran fuente de vitamina C, potasio, betacaroteno y calcio.
Recomendado para las enfermedades del tracto digestivo, resfríos,
ateroesclerosis, anemias y enfermedades hepáticas.
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Barrio La Boca, en Buenos Aires, Argentina. Photo de Elena
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Consejos para la ensalada
La
vinagreta sin vinagre, preparada con jugo de limón y de aceite de oliva
natural, es más fina y digestiva. Se puede guardar en una botella,
añadiéndole perejil picado y algunas hierbas de la estación. En el
momento de servir basta poner en la ensaladera sal y pimiento y cuatro
cucharadas de esta preparación, después de haber sacudido bien la
botella.
Para
devolver la frescura a una ensalada un poco marchita basta lavarla con
agua tibia. Estre procedimiento sirve para todas las otras legumbres
verdes.
La crema fresca puede reemplazar con ventajas al aceite en ciertas ensaladas.
La ensalada de lechuga quedará más sabrosa añadiéndole un poco de azúcar en polvo.
¿Cómo
conservar el perejil? Se colgará a la sombra y al abrigo de la humedad.
Mantendrá así su color verde y sabor para usos culinarios. Cuando se
emplee, bastará desmenuzarlo entre los dedos. Este es un recurso útil en
lugares o épocas en que es imposible obtenerlos fresco.
Para
conservar las castañas durante todo el invierno se colocan dentro de un
recipiente de la siguiente manera: primeramente una capa de arena bien
seca, mejor calcinada previamente. Sobre esta capa de arena se pone otra
de castañas, y así sucesivamente hasta llenar el recipiente.