¿El motín de trenzas fue por el pelo?
Algo
de eso hubo, aunque resumirlo así sería simplificarlo. Para diciembre
de 1811, el Primer Triunvirato tomaba las riendas a la vez que el poder
de los saavederistas estaba en su ocaso.
Manuel
Belgrano comandaba el cuerpo de Patricios y esto no agradaba a parte de
la tropa, ya que había sido Saavedra el histórico jefe del Regimiento.
Para estos hombres, recibir órdenes de un rival no les era muy grato. Y
optaron por rebelarse. Todo comenzó cuando el teniente Francisco Pérez
tomó lista y varios no respondieron. Entonces amenazó con cortarle el
pelo a quien lo hiciera.
Los
Patricios usaban una larga trenza, orgullo y símbolo de su condición.
La afrenta abrió la jugada: los rebeldes reclamaron la destitución de
Belgrano y el indulto a los detenidos en el calabozo de cuartel.
Las
negociaciones no llegaron a buen punto y el enfrentamiento fue
inevitable: catorce intensos minutos de fuego con un saldo de ocho
muertos y más de treinta y cinco heridos, además de los diez rebeldes
fusilados cuatro días después, más otros encarcelados y varios
suboficiales que perdieron su grado militar. La rebelión que buscaba
expulsar a Belgrano de la comandancia de Patricios, fue una de las
revueltas más inútiles de la historia: pocas semanas después, el prócer
renunciaría al cargo para cumplir la misión de instalar baterías en
Rosario.
A los caidos. Cementerio de la Recoleta. Foto de Elena |
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