¿Cómo actuó la contrarevolución?
Desde
Córdoba, el gobernador Juan Gutiérrez de la Concha se manifestó
contrario a la Junta. Tuvo como aliado a Santiago de Liniers, hombre de
prestigio y peso político. La noticia de la revolución porteña llegó a
Córdoba el 30 de mayo de 1810. Los principales funcionarios de la
ciudad, jurando secreto, debatieron lo que debían hacer. El deán Funes
traicionó el juramento e informó a Buenos Aires lo que allí se tramaba.
Se
propusieron una meta difícil: instruirían un regimiento para unirse a
las fuerzas del Virrey Abascal desde Lima. Pero los soldados desertaban
en grupos y hasta desaparecieron seis de los quince cañones que habían
reunido.
La
Junta, terminante, había tomado la decisión de capturar y fusilar a
Liniers, Concha, Victorino Rodríguez, el obispo Orellana y a todos los
cabecillas que pretendieran alterar lo que ellos habían instaurado.
Liniers
et sus aliados partieron de la ciudad de Córdoba el 31 de julio de 1810
para integrarse a las fuerzas de Abascal. Llevaron 400 hombres, de los
cuales 50 desertaron en cuanto cayó la noche. El resto de la tropa se
deshizo en un suspiro mientras Ortiz de Ocampo enviaba a Balcarce con 75
hombres para capturarlos. Entre ellos marchaba “Pepe” Urien, sobrino de
Rivadavia. Liniers ofreció dinero a un moreno a cambio de que lo
escondiera, pero éste lo delató apenas se topó con Urien. Otras dos
partidas encontraron al resto de los enemigos. Cinco de los seis
prisioneros fueron ejecutados por Castelli: Liniers, Concha, Santiago
Allende, Joaquín Moreno y Victorino Rodríguez. Por la investidura
religiosa, Orellana salvó la vida.
![]() |
Fusilamiento de Liniers y de sus compañeros en Cabeza de Tigre. Acuarela de Franz Van Riel |
No hay comentarios.:
Publicar un comentario