¿Quién ordenó el primer censo?
Un
viejo conocido por los porteños, ya que había sido, por un período de
seis años, teniente gobernador de la ciudad como su colega Cevallos, fue
Juan José Vertiz. Si bien la historia ha sabido adornar a su apellido
una tilde (Vértiz), vale aclarar que el siempre firmó sin ella. Sera
porque habrá preferido poner el acento en otras cuestiones, como el
querer darle cierta responsabilidad a Buenos Aires.
Y
para eso empezaría desde el principio. Veía al Río de la Plata como un
antro de promiscuidad con todos esos hombres et mujeres bañándose
juntos. La solución fue simple y la orden de Vertiz fue acatada de
inmediato. El río se dividiría en dos partes. De un lado disfrutarían
las mujeres, del otro, los hombres.
No
obstante, vale aclarar que esta “discriminación” era normal en la
época. Ganó cierto prestigio por haber sido artífice del censo que hoy
permite saber que en este rincón del siglo XVIII vivían 37.679 personas y
3.827 negros (segmentado así como se lee).
Un
apodo le quedaría para siempre a este hombre nacido en México: el
virrey de las Luminarias, un moto puesto en el siglo XIX a quien creó el
sistema de alumbrado público basado en faroles que contenían velas de
sebo o grasa, que se dice eran escasos y defectuosos. Vertiz, además,
inauguró uno de los primeros teatros estables nativos, La Ranchería
(1783)ñ el Protomedicato (1779); la Casa de Niños Expósitos (1779); una
imprenta (1780), y el Real Colegio Convictorio Carolino (1783).
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