Tocinillos del cielo

Tocinillos del cielo

Se acercaba el primer aniversario de la Revolución de Mayo en Argentina. Los capitulares – miembros del Cabildo dedicados a tratar temas municipales – estuvieron de acuerdo en llevar adelante la construcción de une pirámide evocativa. El centro de la Plaza, à la altura de la entrada de la Catedral de Buenos Aires sería el lugar perfecto. El alarife Francisco Cañete, entendido en cuestiones de albañileria y arquitectura, hizo el trabajo. La pirámide, fabricada de adobe cocido, midió trece metros y se terminó en 42 dias. Era muy simple, con una reja baja que la enmarcaba.

Durante la ceremonia de la inauguración de esta pirámide, todos los convidados fueron invitados a comer los Tocinillos del cielo que simbolizaban la libertad y la independencia:

Ingredientes:

Caramelo : 200 gramos de azucar

Tocinillos:

• 250 gramos de azucar
• 1/2 taza de agua
• Ralladura de un limon
• 10 yemas
• Esencia de vainilla
• 200 cc de leche

Preparación:

Caramelo:

1. En una sartén de teflón colocar el azúcar.
2. Cocinar a fuego suave hasta lograr un caramelo.
3. Acaramelar un molde rectangular de 15 por 20, preferentemente de vidrio.

Tocinillos:

1. Colocar en una cacerola el azucar, el agua y la ralladura de limón. Cocinar hasta obtener un almibar a punto bolita blanda (118 grados) y dejar entibiar.
2. En un bol colocar las yemas, la leche y la esencia de vainilla. Agregar en forma de hilo el almibar, mezclando suavemente hasta integrar.
3. Verter en el molde acaramelado. Cocinar una hora a baño María en el horno precalentado a 120 grados C.
4. Retirar y dejar enfriar; desmoldar.
5. Cortar en porciones rectagulares.

Notemos que al almibar punto bolita blanda se lo reconoce cuando las burbujas de almibar son densas y no se cortan. Al retirar un poco del amibar con una cuchara y colocarla dentro de un vaso con agua fria inmediatamente se forma una bolita de almibar blando que se desarma entre los dedos.

“El postre tiene que ser espectacular, porque llega cuando el gourmet ya no tiene hambre” (Alexandre Grimod de la Reyniere). Foto: Elena