La mesa de navidad: Infaltables de la mesa navideña
La cocina equipada
Ingredientes, cacharros, todo lo necesario para organizar un festejo con los mejores platos
Las fiestas de fin de año no se pueden improvisar.
Por
eso, es bueno planificar el menú con unos diez días de anticipación y
organizarlo con distintas entradas, plato principal y varios postres. Y
todos con un toque bien personal. Así, los platos tradicionales toman un
vuelo diferente y se crea un menú super aggiornado.
Ingredientes: Por suerte, las góndolas marchan al compás de los tiempos y están rebozantes de los productos que se requieren.
Mariscos,
con los langostinos a la cabeza y centolla, si no es mucho pedir.
Pescado, en este caso salmón, carne de cerdo (jamón fresco, panceta y
bondiola), hígados de ave y una pavita para cumplir con el ritual de
servirla rellena. Las hierbas y especias solicitadas son lemon grass,
menta, tomillo, salvia, jengibre, cilantro, chile y clavo de olor. No
debe faltar una buena mostaza de Dijo, yogur natural coñac, aceite de
oliva y diversas frutas y verduras, ya que los agridulces están a la
orden del día. Manzanas, ciruelas, dátiles, tomates y un buen ramo de
hojas verdes.
Dulces.
La hora del postre reclama levadura, harina, chocolate, azúcar
impalpable, huevos, leche, agua de azahar, ralladura de naranja, pasas
de uva, ron, almendras, mazapán y canela. Y antes de salir del súper,
cargar las botellas de vinos tintos, blancos y el infaltable champán
para las copas.
Cacharros
y vajilla. Asaderas, tablas, cuchillas y cacerolas tendrán más trabajo
que nunca. Pero lo más importante es recordar comprar los moldes
descartables para hacer el pan dulce. Todo lo demás, seguramente está en
casa. Para esta fecha, es la vajilla la que pasa a primer plano. Hay
que contar las copas, porque año a año se van estrellando.
Para
transmitir nuestros deseos a la familia y los invitados, la mesa debe
estar impecable. Controlar con anticipación que los manteles estén
limpios y los centros de mesa en buen estado.
El
frumentum celta es el antepasado de los panes y budines navideños. Se
elaboraba con leche, cereales y frutas, y se lo dedicaba a Dagda, dios
de las cosechas y del ganado, que aseguraba buena reproducción y mejor
leche. Los árboles y las frutas rojas siempre están presentes en estas
fiestas. La costumbre de decorar los pinos es originaria de Alemania, y
remite al culto del roble (de allí viene aquello de que tocar madera
trae suerte). La tradición, modificada por la Iglesia, reemplazó el
roble pagano por el cristiano abeto, un pino de forma triangular que
representa la Santa Trinidad.
La mesa de navidad: Infaltables de la mesa navideña. Foto: Elena |
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