Delicias italianas: el vino justo para cada sabor
Los vinos adecuados para acompañar las pizzas, panes y antipastos italianos
Italia engloba una infinidad de sabores y artes culinarias, y es el país más rico en cuanto a diversidad vínica.
Siempre debemos tener en cuenta que la masa es preponderante en la boca y que los sabores adiciones determinan el maridaje más conveniente.
Comenzamos por la pizza napolitana, para la cual podemos imaginarnos en el Valle de Uco seleccionando un pinot noir de cuerpo medio y nariz sutil pero compleja. Con aromas frescos y terrosos que acompañan el dedillo a la albahaca y el orégano que se funden en la mozzarella. Los tintos taninos yudarán a limpiar la boca para continuar la degustación.
La pizza siciliana, en la que varios compuesto aromáticos entran en juego, requiere seguir esa línea con un syrah del Valle de Uco, sin madera, para que su complejidad no sobrepase a la de la pizza. Con un cuerpo de exceptción y un compendio de aromas típíco de la variedad.
Tan especiales aceitunas como las de Ascoli, con una paleta de sabores intensa, nos lleva al norte y al poder de Salta, con un cabernet sauvignon con madera, que mantiene firme el estribo de sabores galopantes, fuerte presencia en boca y taninos secantes suficientes para il a la par de estas asombrosas olivas.
Los vegetales con quesos y aceites de las melanzone alla parmigiana necesitan estructura, complejidad y acidez, pero, por otro lado, suavidad y buen final de boca.
Seguramente con un viognier con un buen paso por barricas, sea de Lujan de Cuyo o del Valle de Uco, estamos por el camino correcto. En cuanto a las bruschettas, sucede algo interesante y aquí podría resumirse el sentido de maridaje.
Las percepciones son subjetivas y en esta diversidad presentada podemos jugar con vinos blancos jóvenes, tintos medios y hasta rosados.
Pero lo importante es que nos guste. Recuerden que cuanto más complejo sea el plato, mayor complejidad aromática debería tener el vino y cuanto mayor estructura tenga el plato (cuanto más pesado sea), mayor estructura tendrá el vino.
En Italia se elabora una gran variedad de vinos, tanto tintos como blancos o rosados. El pais tiene el índice más alto de Europa en consumo de vino por habitante, con 135 litros por año. Pero su producción se caracteriza más por la calidad que por la cantidad. Cada región tiene vinos con características propias, y lo mismo ocurre con la vid de cada zona. Los vinos italianos más reconocidos cuentan con la garantía de la Denominación de Origen, un símbolo que asegura el óptimo nivel. No sólo los vinos regionales son los de gran nivel. En Piamonte y Toscana se producen los mejores cabernet sauvignon del planeta.
Por último, llegamos al viteollo tonnato, buena oportunidad para brindar con un chardonnier de cuerpo medio, seis meses de barrica de roble, con una estructura suficiente para afrontar el plato pero con una untuosidad continuista y una acidez limpiadora.
Avenida del Libertador, Buenos Aires, Argentina. Foto de Elena |
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