Historia de la sal
En
épocas en que la India era colonia de Gran Bretaña, todos los
consumidores, ricos y pobres, debían pagar un impuesto al imperio
británico por el consumo de sal.
¡Nada menos que restringirle la sal a un pueblo rodeado de mar! ¡Qué afrenta la de quitarle el sabor a la comida de la India!
El
12 de marzo de 1930, el Mahatma Gandhi emprende la Marcha de la Sal: un
movimiento pacifista que culminaría con la independencia de la India,
después de casi dos siglos de colonialismo inglés. Gandhi ya venía
proponiendo manifestaciones no violentas y huelgas de hambre como medio
para buscar la autonomía. Esa campaña de desobediencia civil se inició
con apenas unas docenas de compatriotas, pero a lo largo de los 300
kilómetros que recorrieron a pie se fueron sumando miles.
La puesta del sol en el oceano Indio. Foto de Elena |
El
6 de abril llegaron a la costa del océano Indico. Gandhi en un simple
pero simbólico gesto, entró al mar y recogió en sus manos un puñado de
sal. Sus discípulos lo imitaron. Una multitud mojó sus pies en el mar,
buscando la sal, violando el monopolio inglés. Todos buscaron
recipientes para recoger agua salada. En pocas horas, el país entero
salía a imitar al Mahatma (alma grande), desafiando al poder extranjero.
La autoridad, en esos días, llenó sus cárceles con 60 000 “ladrones” de
sal. Ellos no se resistieron, siguiendo la doctrina del maestro.
Gandhi
mismo pasó nueve meses en prisión. Finalmente, el imperio reconoció que
no podía seguir sosteniendo la ley, cedió a las peticiones del líder y
reconoció al pueblo de la India el derecho de acceder libremente a la
sal. Debieron pasar aún algunos años, pero esta marcha fue uno de los
primeros eslabones de la cadena de acciones que condujo Gandhi hasta
consolidar la independencia, el 15 de agusto de 1947. El gran líder
murió asesinado en 1948.
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