Quiénes fueron sepultados en Buenos-Aires?
Además
de Pedro Melo de Portugal, cuyo sepulcro está en el costado derecho del
altar de San Juan Bautista, también fue sepultado en Buenos Aires,
Joaquín del Pino. Este virrey presidió la inauguración de la Plaza de
Toros en Retiro, autorizó la construcción de la Recova que dividía la
Plaza de Mayo en dos y denunció a todo funcionario corrupto. A punto de
cumplir tres años en sus funciones, se enfermó con tal gravedad que
Benito Lué y Riega (obispo porteño) encabezó una procesión con otros
treinta sacerdotes que partió desde la Catedral hasta la casa de don
Joaquín.
Habrá
sido la unción de los enfermos más multitudinaria de la historia. Dejó
este mundo el 11 de abril de 1804, y fue el único de los once virreyes
muerto en Buenos Aires. Sus restos fueron depositados en la Catedral
Metropolitana, pero fueron removidos cuando se realizaron las obras en
la cripta y ya no se sabe dónde están. Una de las hijas, Juana, se casó
con Bernardino Rivadavia, el primer Presidente, convirtiéndose en la
Primera Dama de la historia de la Argentina.
Por
su parte, doña Rafaela de Vera y Pintado, viuda del Virrey en segundas
nupcias, quien era una mujer muy estimada por los porteños, murió en
1816, ocho días antes de declararse la Independencia. Ese mismo día, y
pese a tener a su marido sepultado en la Catedral, pidió disfrutar de su
eterno descanso en la iglesia del Pilar. Y allí sigue, desde hace casi
doscientos años.
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