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sábado, 7 de abril de 2018

Verduras al vapor con vermut

Verduras al vapor con vermut

Sirva estas verduras en su envoltorio de papel para que retengan el jugo. El resultado es verdaderamente delicioso.


Productos para 4 personas:

  • 1 zanahoria cortada en juliana gruesa
  • 1 bulbo de hinojo cortado en rodajas
  • 100 gramos de calabacines cortados en rodajas
  • 1 pimiento rojo cortado en rodajas
  • 4 cebollas pequeñas partidas por la mitad
  • 8 cucharadas de vermut blanco (el vermut es un vino blanco fortificado aromatizado con hierbas y especias. Existe una variedad de vermut seco y otra dulce)
  • 4 cucharadas de zumo de lima
  • La ralladura de una lima
  • Una pizca de pimentón
  • 4 ramitas de estragón
  • Sal y pimienta
  • Ramitas de estragón frescas, para adornar

Preparación:

  1. Mezclar bien todas las verduras en un cuenco grande
  2. Cortar 4 cuadrados grandes de papel de hornear y colocar una cuarta parte de las verduras en el centro de cada uno
  3. Levantar los bordes y fruncirlos para hacer un hatillo abierto por arriba
  4. Mezclar el vermut con el zumo y la ralladura de lima y el pimentón, verter un cuarto de la mezcla en cada hatillo
  5. Sazonar con sal y pimienta y poner una ramita de estragón en cada uno, luego cerrar bien los hatillos (cierre bien los hatillos para evitar que se abran durante la cocción y que el jugo se evapore)
  6. Cocer los hatillos en una vaporera, 15-20 minutos, o hasta que las verduras estén tiernas
  7. Adornarlos y servirlos.
 
Monumento en un parque de Buenos Aires

Vino casero de maíz

Vino casero de maíz


Ingredientes:
  • Una libra de maíz
  • Tres libras de azúcar morena
  • Cuatro litros de agua

Preparación:
  1. Machacar el maíz para partirlo
  2. Lavar el maíz y colocarlo en una olla esmaltada junto con el agua
  3. Endulzar el maíz con el azúcar
  4. Tapar con un trozo de franela, dejándolo reposar un mes
  5. Pasado este tiempo colar el maíz y envasarlo en una botella de cristal
  6. Colar la bebida cada 30 días por espacio de tres meses

Servir bien frio.

Monumento a un hombre manco en Buenos Aires, Argentina. Foto de Elena

Un vino para alzar las copas

Un vino para alzar las copas


Para completar la mesa navideña, cada plato debe estar acompañado por el vino correcto.

Estos son algunos estilos de vino, para combinar con el recetario de fiesta.

Cuando los crustáceos son protagonistas, hay que pensar en vinos blancos frescos. En el caso del cóctel de mar, una buena opción es un sauvignon blanc con paso por roble, que apacigüe la acidez de la variedad para que no choque con la del yogur y el limón sutil. Los langostinos salteados permiten poner en la mesa un blanco sobre la base de viognier Típico de los países escandinavos, el gravlax nos hace pensar en un vino que acompañe los sabores delicados del salmón. Pero que, al mismo tiempo, tenga el cuerpo suficiente para liarse con lo especiado del coriandro y el eneldo.

Por eso, un chardonnay con paso por barrica, preferentemente de un clima frío de la provincia argentina de Mendoza, se ajustará a las pretensiones del plato. Si la intención es comer la terrina de campo, tener en cuenta que se sirve fría, con lo cual se puede explorar el mundo de los rosadso. Unos sobre la base de malbec hará buen maridaje con los sabores ahumados y realzará los de la confitura.

Otra preparación que también va bien con rosados es el jamón glaseado, pero debe buscarse un rosado con syrah o cabernet sauvignon, que armonice con el plato por el perfil especiado de ambas variedades. La pavita requiere un vino que respete y potencie los sabores del plato, como un chardonnay o un viognier con añejamiento en barrica, que le dará buen cuerpo y una complejidad a la altura de esta delicia. Para los que se inclinan por el vino tinto, es recomendable probar con un pinot noir, cutos aromas a fruta roja fresca se llevarán de maravilla con la ciruela. Para el postre se puede elegir desde espumantes hasta vinos dulces tardíos, blancos o tintos.

Con el pan dulce sería interesante probar un vino tinto fortificado nacional (existen opciones con syrah). Un stollen se entiende con un espumante champenoise, pues su perfil complejo, la estructura y sus notas de levadura, madera y almendras potencian les aptitudes del plato.

Finalmente, para la tarta merengada de arándanos y cerezas, se podría probar el malbec de los últimos años. O el ice wine, que está empezando a elaborarse en la Argentina con uvas que se recogen en las primeras heladas otoñales, cuando se encuentran congeladas.

(Por el sommelier Mtías Prezios, sommelier de Museo Renault).


Vino para alzar las copas. Foto - Elena

Vinos con cuerpo para platos intensos

Vinos con cuerpo para platos intensos


Roseberg y su hoja de ruta para seguir los pescados de Borja

Diversidad, tradición, sofisticación, y una de las mayores concentraciones de restaurantes premiados con estrellas de la Guía Michelin del mundo. Todo eso es la gastronomía española a un mismo tiempo. Y semejante riqueza se expresa tanto en sus comidas como en una impresionante actividad vitivinícola.

En la Argentina, blancos secos, aromáticos y frescos como el torrontés, el verdejo o el sémillon, son excelentes para acompañar platos como el pulpo, la cazuela y el abadejo. Con el besugo con refrito de ajos es interesante combinar un gewur traminer o traminer como lo han rebautizado en Cuyo.

Variedades más tradiciones como el sauvignon Blanc, el chardonnay y el espumante se lucen con los mejillones, la brandada y los chipirones por su estructura e intensidad. Y platos algo más complejos, como los calamares encebollados con vinagreta, ameritan un regreso al jerez fino, a veces injustamente olvidado pero siempre gratificante.

Por último, también se puede agregar algo de color con rozagantes rosados de malbec ue armonizan con el bacalao, y hasta tintos ligeros y frutados como el pinto noir de Patagonia o el Valle de Uco, una alternativa para servir con la empanada gallega.

Pescado y vinos tintos

¿Los pescados con blanco y las carnes con tinto? ¿Cualquier vino va bien con cualquier plato? Como tantas otras cosas, la respuesta reside en el justo término medio.
La mejor manera de saber si un plato y un vino pueden armonizar, más allá del color, es tener en cuenta su peso específico, sirviendo los vinos con cuerpo con los platos intensos, y los vinos ligeros con las raciones más livianas.

Así, prefiera los platos sobre la base de peces con buen tenor graso y firme estructura, como el salmón o el atún, con vinos de buena acidez, corta o nula crianza en roble y baja carga de taninos, como el pinot noir. Salsas sobre la base de crema facilitan la unión, pero cuidado: las hechas con quesos azules surte surten el efecto contrario.

Andrés Rosberg, presidente de la Asociación argentina de Sommeliers.

Monumento de Luois Breille en Buenos Aires, Argentina. Foto de Elena

viernes, 6 de abril de 2018

Delicias italianas: el vino justo para cada sabor

Delicias italianas: el vino justo para cada sabor

Los vinos adecuados para acompañar las pizzas, panes y antipastos italianos


Italia engloba una infinidad de sabores y artes culinarias, y es el país más rico en cuanto a diversidad vínica.

Siempre debemos tener en cuenta que la masa es preponderante en la boca y que los sabores adiciones determinan el maridaje más conveniente.

Comenzamos por la pizza napolitana, para la cual podemos imaginarnos en el Valle de Uco seleccionando un pinot noir de cuerpo medio y nariz sutil pero compleja. Con aromas frescos y terrosos que acompañan el dedillo a la albahaca y el orégano que se funden en la mozzarella. Los tintos taninos yudarán a limpiar la boca para continuar la degustación.

La pizza siciliana, en la que varios compuesto aromáticos entran en juego, requiere seguir esa línea con un syrah del Valle de Uco, sin madera, para que su complejidad no sobrepase a la de la pizza. Con un cuerpo de exceptción y un compendio de aromas típíco de la variedad.

Tan especiales aceitunas como las de Ascoli, con una paleta de sabores intensa, nos lleva al norte y al poder de Salta, con un cabernet sauvignon con madera, que mantiene firme el estribo de sabores galopantes, fuerte presencia en boca y taninos secantes suficientes para il a la par de estas asombrosas olivas.

Los vegetales con quesos y aceites de las melanzone alla parmigiana necesitan estructura, complejidad y acidez, pero, por otro lado, suavidad y buen final de boca.

Seguramente con un viognier con un buen paso por barricas, sea de Lujan de Cuyo o del Valle de Uco, estamos por el camino correcto. En cuanto a las bruschettas, sucede algo interesante y aquí podría resumirse el sentido de maridaje.

Las percepciones son subjetivas y en esta diversidad presentada podemos jugar con vinos blancos jóvenes, tintos medios y hasta rosados.

Pero lo importante es que nos guste. Recuerden que cuanto más complejo sea el plato, mayor complejidad aromática debería tener el vino y cuanto mayor estructura tenga el plato (cuanto más pesado sea), mayor estructura tendrá el vino.

En Italia se elabora una gran variedad de vinos, tanto tintos como blancos o rosados. El pais tiene el índice más alto de Europa en consumo de vino por habitante, con 135 litros por año. Pero su producción se caracteriza más por la calidad que por la cantidad. Cada región tiene vinos con características propias, y lo mismo ocurre con la vid de cada zona. Los vinos italianos más reconocidos cuentan con la garantía de la Denominación de Origen, un símbolo que asegura el óptimo nivel. No sólo los vinos regionales son los de gran nivel. En Piamonte y Toscana se producen los mejores cabernet sauvignon del planeta.

Por último, llegamos al viteollo tonnato, buena oportunidad para brindar con un chardonnier de cuerpo medio, seis meses de barrica de roble, con una estructura suficiente para afrontar el plato pero con una untuosidad continuista y una acidez limpiadora.

Avenida del Libertador, Buenos Aires, Argentina. Foto de Elena

Cacao y chocolate

Cacao y chocolate Por Thomas Gage (Viajes por Nueva España y Guatemala) Hoy en día el chocolate es usado no sólo en todas las Indi...